The Jungle Book (El libro de las tierras vírgenes, traducido también como Los libros de la selva), escrito en 1893, cuenta la historia y las aventuras de Mowgli, un muchacho criado en la selva por los lobos. Los personajes, habitantes de la selva de significación simbólica, giran en torno al protagonista representando distintos atributos y características vitales, como la amistad, el poder, la libertad, la maldad o la sabiduría. Cada uno de los 15 relatos de esta obra cuenta con una gran riqueza de ambientes, personajes, historias y motivos, además de un profundo sentido didáctico. Este libro nos permite reflexionar sobre muchos de los valores que los seres humanos hemos perdido en el transcurso de nuestra vida, por anteponer nuestros intereses por encima de los demás.  Kipling nos muestra una cara del ser humano que pocas veces nos gusta observar, y como ejemplo, nos enseña la ley de la selva: La ley de la selva —que nunca ordena algo sin tener motivo para ello— prohíbe a toda fiera que como hombre, excepto en el caso de que ésta mate para enseñar a sus pequeñuelos a matar; pero aun en este caso, es necesario que cace fuera del cazadero de su manada o tribu. La verdadera causa de esta disposición, es que toda humana matanza trae consigo, tarde o temprano, a los hombres blancos montados en elefantes y armados de fusiles, acompañados de algunos centenares de hombres de color con batintines, cohetes y antorchas. Y entonces a todo el mundo en la selva le toca sufrir. Por lo que toca a la razón que entre en sí se dan las fieras, es que alegan que el hombre es el más débil e indefenso de todos los seres vivientes, y que no es digno de un cazador poner la mano sobre él. Alegan también y es cierto que los devoradores de hombres, se vuelven sarnosos y pierden los dientes.